Preparación del terreno y siembra: el terreno para establecer el cultivo debe ser preparado mediante labranza de conservación sin voltear el horizonte orgánico y en curvas a nivel trazando eras y calles. Se hacen zanjas profundas en las eras para la incorporación inicial de capas de rastrojo, composta, microorganismos de montaña, micorrizas y fuentes minerales terminando en una capa final de suelo donde se coloca la semilla asexual o tubérculo escogida mediante selección masal de plantas sanas y productivas. (Osorio, 2020). Una vez depositada la semilla en el surco abonado, se cubre con una capa de suelo de 5 centímetros terminando de armar los caballones.
Labores culturales: el tiempo promedio de germinación de las variedades a rescatar es de 20-25 días a partir de los cuales se realizan dos deshierbes, reabonos y aporques. El plan de nutrición es fundamental para la producción y sanidad del cultivo, debe hacerse con base en un análisis de suelos y una cromatografía circular con énfasis en suelos. Las fuentes nutricionales de origen orgánico y mineral deben contener elementos mayores y menores destacándose en las primeras fases, el aporte de nitrógeno que propicia la producción de hojas y el fósforo que genera resistencia de las plantas a hongos.
Luego de la segunda reabona, se coloca cobertura vegetal muerta sobre las camas y calles. Se debe evitar los encharcamientos que generalmente traen consigo el ataque de bacterias. Por su parte, el manejo de hongos del suelo se evita seleccionando una semilla sana y el manejo de gotera se realiza con aplicaciones de fungicidas preventivos a base de cola de caballo y curativos a base de penca sábila y masequía florecida.
Cosecha y poscosecha: Dependiendo de la especie, la cosecha de la papa se realiza entre los 90 y 120 días después de la siembra, una vez el follaje empieza a amarillarse. En este punto se recomienda cortar los tallos y pasados 20 días cosechar. Este procedimiento garantiza una recolección uniforme y tubérculos maduros. Se lavan los tubérculos con agua limpia, se airean y se conservan en un espacio oscuro y a bajas temperaturas. Se deben almacenar solo papas sanas y de buena calidad en bodegas limpias, a bajas temperaturas y con buen flujo de aire.